jueves, 28 de julio de 2011

Un negro futuro

Taller Literario Cuatro Ríos de Letras.
Como ejercicio literario en el taller, nos pidieron que escribiéramos un cuento corto con estas cuatro palabras: cautivo, espejo, tormenta, fuego. Ninguna de ellas podía estar en el título.
Los trabajos mostraron que la riqueza de nuestro lenguaje es infinita y cómo las palabras significan solo lo que el contexto impone. Por ejemplo tormenta, que yo usé para representar precisamente un elemento de la naturaleza, también fue empleada para hablar de pensamientos (tormenta de ideas) o de sentimientos (tormenta de pasiones) y en contextos diferentes por completo.
Mientras escribía mi cuento, además pude comprobar lo fácil que la mente nos lleva a su antojo por su mar de relaciones, derivando nuestro curso seguro hacia una ruta plagada de sorpresas.
La palabra cautivo de inmediato me despertó la idea del hombre blanco cautivo por los aborígenes, con las imágenes aterradoras que suponían los ataques a las caravanas. En medio de esa tragedia me hallaba, cuando la palabra violaciones se enlazó, vaya uno a saber por qué impulso eléctrico, con un tema que nada tenía que ver con mi cuento.
Y allí fue mi mano persiguiendo ese impulso.

Un negro futuro

Los ojos desahuciados del cautivo semejaban un espejo dorado por las llamas, mientras el fuego arrojaba a su nariz el nauseabundo olor de cuerpos de animales quemándose. Como una capa bordada con hilos metálicos, la tormenta levantándose por el oeste era el terrible presagio de su futuro.
Sus manos atadas y los jirones de sus ropas que apenas cubrían una desnudez blanca y sufrida, lo enfrentaban desvalido a los brutales salvajes que lo habían capturado durante el ataque a la caravana de colonos.
La secuencia que aún discurría en sus retinas era atroz: El incendio de las carretas, las torturas, las violaciones, los asesinatos. Y ese grito que repercutía en sus tímpanos: “¡Bunga! ¡Bunga!”.
El salvaje que se suponía jefe, un negro inmenso pintado y tatuado de la cabeza a los pies, repartía órdenes en un lenguaje que el cautivo no comprendía. Sabía que hablaban de él. Lo miraban, lo señalaban y le arrojaban estentóreas carcajadas.
Terminado el pillaje, hartos de alcohol y bañados en sangre, el jefe y cuatro de los suyos se le acercaron con sus armas en las manos. Lo arrojaron al suelo y uno de ellos plantó su pie en la espalda del cautivo.
–¡Por favor, mátenme! ¡Mátenme pero no me torturen!– gritó.
El jefe, alzando su voz sobre el bramido de los truenos y la lluvia que rechinaba contra las maderas encendidas, dijo:
–Sí, matarlo. ¡Pero primero bunga bunga!


También contado como dunga dunga, o como unga unga, el que no conozca el cuento original, que busque un poco en google.

¡Nos leemos!


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lunes, 18 de julio de 2011

Sitios web para subir contenidos literarios

Scribd - MeGusta Leer - Literatura Nova
¿Cansad@ de escribir lo que siente sin que nadie lo sepa? ¿Nunca muestra sus logros en el papel por miedo a recibir críticas porque no tiene formación literaria? ¿Le gustaría ver publicados sus versos, ese pequeño cuento, aquel relato que nació de su sueño?
¡Llame ya!

Hablando en serio. Cuántos poetas, novelistas, escritores de cuentos habrá por allí en el anonimato (yo soy un ejemplo) y que jamás se movieron para publicar o dar a conocer sus obras. Algunos simplemente por no animarse a trascender o a ser criticados de mala manera por falta de formación. Otros porque hubieran deseado tener su libro editado pero no les dio el presupuesto.
Desde hace un tiempo, aparecieron en internet y en el mundo del idioma español, algunos sitios que nos permiten subir nuestros textos y que los puedan leer miles de personas. Son redes sociales orientadas a la literatura o incluso para textos académicos que reciben y presentan en forma gratuita las obras que deseemos dar a conocer.
Especiales para los escritores nóveles, allí se puede subir todo tipo de producción literaria como apoyo a la difusión de alguna obra que se desee vender o promocionar. O solo por el placer de mostrarle a los lectores lo que somos capaces de crear.
Podemos ser criticados e intercambiar opiniones con colegas virtuales y así ampliar nuestro horizonte literario a lugares y culturas que están fuera de nuestro alcance cotidiano.

Aquí hay tres ejemplos de esos sitios:
  • Scribd: una base mundial de textos, tanto literarios como académicos, manuales, recetas de cocina y lo que se te antoje subir. Hay de muchos idiomas pero se puede filtrar.
  • MeGusta Leer: un blog abierto para publicar nuestras composiciones. Aquí además se pueden leer reseñas de libros y novedades en general del mundo editorial.
  • Literatura Nova: Tanto esta web como la anterior están orientadas a escritores de lengua hispana. En ambas también suelen lanzarse concursos literarios para incentivar la participación de los usuarios.

Vale destacar que estos sitios web permiten descargar sus contenidos, por lo que el que quiera copiar lo que subís, lo podrá hacer.
Y bueno… si lo copian te quedará la satisfacción de que lo que escribiste logró tocar alguna fibra íntima en otra parte del mundo.

¡Nos leeemos!


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sábado, 16 de julio de 2011

La danza

La danza - Sergio Cossa

Así fue cómo el pensamiento asaltó mi mente:

Comenzó con una danza muy lenta que hipnotizaba a los bailarines mediante compases cadenciosos y sensuales. Luego, como si los músicos se realimentaran con sus notas, el ritmo se aceleró.
La danza dejó de mostrarse como un suave acompañamiento, puesto que la música llevaba a las parejas a desplazarse hasta los confines de la pista.
Cuando el ritmo nuevamente elevó su velocidad, un frenesí embriagó a los participantes. El baile ya no era capaz de ser coordinado y se deshacía en saltos, corridas, abrazos y giros arriesgados.
Solo cuando los músicos decidieron relajar sus dedos y pulmones agotados y finalizar con una suave melodía, la danza regresó al tranquilo y armonioso vaivén inicial.
Los participantes, aún hechizados por semejante música, volvieron a sus asientos con la saciedad que dejan los momentos sublimes.
Y allí quedaron, atentos, expectantes para correr de nuevo a la pista ante el primer acorde que llegara a sus oídos.

De este modo danzan mis ratones cuando pienso en ella.

Nota del Autor: Hacerse los ratones es un argentinismo que significa algo así como imaginar una situación erótica con alguien que nos gusta.

© Sergio Cossa 2011


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lunes, 11 de julio de 2011

Rey de sueños

Rey de Sueños - Rey de Duendes
Para todos aquell@s que aún atesoran fantasía en su corazón.


Rodeado por su corte de aduladores, el anciano desgranaba días de tedio y hastío. Rey desde niño, vivió una existencia abrumada por el peso de una corona de oro que se escurría sobre sus sienes. No hubo juegos ni juguetes; no tuvo cuentos, ni historias de abuelos.
Esclavo del protocolo y la solemnidad, aprendió a correr libre por sueños poblados de hadas, duendes, princesas y sapos; héroes y villanos de fantasías. Voló en su niñez de Peter Pan y Campanita. Se hizo amigo de un genio maravilloso y navegó los siete mares de piratas. Disparó sus cañones frente a barcos fantasmas y besó labios dormidos desde siempre.
Solo en su mente y en su corazón encontró calor para vivir. En sus sueños, tuvo la esperanza de viajar a esos mundos de color y de magia. Sin dudarlo, hubiera desechado los años de reinado a cambio de despegar sus pies en un vuelo de estrellas; pero la cruel y fría realidad del castillo lo sujetó con la más pesada cadena: la de la tristeza.
Una noche el viejo rey subió los peldaños de piedra rumbo su torre preferida, aquella en la que se permitía desatar sus ilusiones. Cansado, desgastado su corazón de fantasía, decidió emprender un último vuelo: el que lo llevara lejos de esa realidad, para regresar a la infancia que nunca tuvo.
Escalón tras escalón se desprendió de joyas y corona; de su pesada capa roja y de sus finas ropas doradas. La puerta de la torre lo recibió y lo presentó al frío de la luna llena. Lo invitó a salir, a dar los tres pasos que lo separaban del abismo. El sibilante viento lo tomó de las manos, acompañando a ese rey soñador a que despegara hacia sus sueños.
En ese momento plateado de luna, un cálido y fugaz resplandor detuvo el tiempo. Y no hubo viento ni frío. El viejo rey se encontró frente a otro rey de historias fantásticas y de magia: un Rey de Duendes.
–Este no es tu tiempo, ni tu lugar –dijo el Rey de Duendes–. Por lo tanto, te doy un pasaporte a mi mundo de fantasías. Llegarás sin corona ni trono y vivirás como el más feliz de sus habitantes, porque solo serás lo que tu imaginación desee.
Y el rey de sueños volvió a ser niño. Voló (pero de veras) en polvos de estrellas. Se sumergió en las profundidades de los cantos de las sirenas. Cruzó a través de mil espejos y de mundos del revés y fue un sapo encantado saltando entre las flores de los pantanos.
También, como suele ocurrir en estos cuentos, encontró a la princesa que lo besó y lo amó para siempre. Y jamás (nunca jamás), se alejó de la calidez de su eterno amigo, el Rey de Duendes.

¡Nos leemos!

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lunes, 4 de julio de 2011

Lejos y sin un mango

Taller literario Cuatro ríos de letras
En el taller literario de Rubén nos dieron párrafos de cuentos conocidos de los que debíamos seleccionar uno y, sin cambiar nada, incluirlos dentro de un relato. Yo elegí el que corresponde al cuento El hombre que amó a las Nereidas, de Marguerite Yourcenar. Se encuentra en negrita, dentro de mi texto.

Lejos y sin un mango

Estaba varado en Méjico, sin futuro ni plata y aunque no deseaba volver con la suma de un fracaso a mi vida, la cercanía de las fiestas de fin de año urgió a mi nostalgia. Revoleé una moneda, salió cruz y me largué.