miércoles, 7 de agosto de 2013

Revelación




Desde lo alto de su trono dorado el déspota observa displicente a su corte. A la derecha de la alfombra lo cruzan las miradas torvas de águilas y buitres; a la izquierda, solo cuervos, cacatúas y ratas. Baja la vista hacia sus pies. La mirada de su pequeño nieto le sonríe, mientras sus deditos desanudan los cordones de los zapatos reales.
Comprende que es tiempo de abdicar.


© Sergio Cossa 2013