No la voy a
definir, porque tiene tantas definiciones como seres humanos sobreviven. Por lo
tanto, quien lea, piense en la suya y adapte el texto como más le guste.
Siempre afirmo
que La Felicidad, como un estado constante, permanente, no existe. Que sí
existen momentos felices. Momentos incluso de días, meses o años, que
terminan y se transforman en otros estados. Por eso, buscar la felicidad como
una meta, como un fin, me parece un derroche de energías.
¿Qué podría
llevarnos a un estado de felicidad plena y permanente? ¿Otra persona? ¿Lo
material? ¿Lo espiritual?
De ese modo
llegaríamos a una felicidad dependiente, que termina cuando desaparece el
vínculo, por la causa que sea. Sólo habremos vivido momentos felices.
Veámoslo desde
una mirada individual.
¿Cómo hago a ser
feliz para siempre, sin depender de nadie? ¿Qué es lo que me hace feliz por mí
mismo?
Ahí entran en
escena tres atributos relacionados: pensar, sentir y actuar de la
misma forma.
Es decir, vivir con unidad interna.
Es decir, vivir con unidad interna.
Cuando vivimos
con unidad, cuando hacemos lo que sentimos y pensamos (y las otras combinaciones)
somos felices. Cuando entramos en contradicción. Cuando pensamos de un modo y
actuamos de otro (y también con las otras combinaciones) nos sentimos mal. Tal
vez tengamos ciertas sensaciones placenteras, pero nos engañamos. No somos
felices.
Bien, ya tenemos
la fórmula: pensar, sentir y actuar de la misma forma.
Si vivimos con
unidad y armonía interna seremos felices plena y eternamente.
Ahora, seamos
sinceros: ¿Cuántos de nosotros logramos implementar la fórmula completa?
No un día, ni un
mes, sino en modo permanente.
¿Quién puede
afirmar con total libertad que vive con unidad interna?
No un día, ni un
mes.
¿Quién no ha
transado algunos de los atributos, a cambio de hacer más llevadera una
situación? ¿Qué tan a menudo lo hacen?
Cada vez que eso
ocurre surge la contradicción, y adiós felicidad permanente.
Entonces, la
fórmula es un éxito para lograr momentos felices.
Vivamos el mayor
tiempo posible en unidad interna.
Pensemos,
actuemos y sintamos en forma armónica cada vez que el mundo nos deje.
Eso nos
garantizará unos hermosos estados de felicidad.
Mientras duren.
© Sergio Cossa 2011
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Mientras duran los momentos de felicidad hay que atesorarlos.
ResponderBorrarBuenísima tu reflexión! Saludos.
Y si... hay momentos únicos, que nos encuentran en un estado de absoluta unidad, solos o compartidos. A esos tenemos que hacerlos perdurar...
ResponderBorrarLos reconocemos porque cuando pasan nos dejan una agradable sensación de plenitud y deseamos volverlos a vivir :)
¡Gracias por leerme, Cristina!
La felicidad es un premio y nunca sabes cuando te va a tocar en la rifa
ResponderBorrarPor cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Y hay algunos que parecen tener todos los números comprados :)
ResponderBorrar(Pero no se resuelve con ese dinero)
Gracias por pasarte, Pérfida. Ya me anoté en el tuyo.
¡Saludos!
ALGUIEN SE HIZO UNA PREGUNTA UNA VEZ. "SOY FELÍZ PORQUE TE QUIERO, O TE QUIERO PORQUE SOY FELÍZ?" LA FELICIDAD ES ESTAR PERMANENTEMENTE EN ARMONÍA CON EL UNIVERSO, ESE ESTADO ES EL CRISOL QUE ALIMENTA EL ESTADO DE FELICIDAD, A VECES LO LOGRAMOS, A VECES NO.
ResponderBorrarVLANKA.
De acuerdo con vos, Vlanka.
ResponderBorrarEs la idea que quise transmitir: cuando no estamos en armonía, nos alejamos de la felicidad.
Un beso :)