Albert Einstein
Días atrás hojeaba una revista de psicología y leí una nota breve sobre el término resiliencia. En alguna oportunidad había escuchado sobre “el ser resiliente” en referencia a las personas que superan todo tipo de adversidades y traumas y emergen fortalecidas de esas situaciones.
Investigué un poco y me encontré con que es una rama relativamente nueva en la psicología positiva. Desde hace tiempo las respuestas de resiliencia fueron consideradas como inusuales e incluso hasta patológicas por los expertos, sin embargo la literatura científica actual demuestra que la resiliencia es una respuesta común y su aparición no indica patología, sino un ajuste saludable a la adversidad.
El término resiliencia fue incorporado por la psicología desde la ingeniería: es la capacidad de un material de resistir a choques imprevistos sin quebrarse y de recobrar su forma original, aun después de haber estado sometido a una presión deformadora. En construcciones antisísmicas, por ejemplo, una estructura se balancea, puede sufrir daños menores pero no se desmorona.
¿Y qué es un escritor novel sino un “ser resiliente”?
Horas de soledad durante años, abocado a la tarea de desgranar palabras o de enfrentarse a la temida hoja en blanco. Una carrera detrás de una pasión que lo llena de placer y de incógnitas: “¿Llegará el día en que pueda publicar mi obra?”
Ya con su hijo pródigo bajo el brazo, inicia el vasto camino de presentarse a editoriales y agencias literarias. Estrena su blog, sus cuentas en redes sociales. Investiga, escribe, sueña.
Mientras retornan (cuando retorna alguna) las escuetas respuestas de rechazo, observa cómo su ánimo se desliza por el piso. Entonces incursiona en concursos, desde los grandes premios a los de la sociedad de fomento del barrio. Pero a los primeros se los llevan los famosos acomodados y a los del barrio, el primo del presidente de la sociedad.
El escritor novel no se detiene. Sabe del valor de su novela y del éxito que le espera cuando llegue al público. En su momento intentó escapar a los cantos de sirena de la autoedición, pero finalmente es vencido: Invierte parte de sus ahorros en la impresión de doscientos ejemplares, la mitad de los cuales ahora duermen en un rincón de su garaje.
Un día se pregunta, rodeado de desazón: ¿Sirvió de algo el esfuerzo? ¿Valieron los interminables reproches de pareja y amigos por su aislamiento? ¿Se justifica llenar el alma de sueños, para luego ver cómo se precipitan uno a uno?
Lo envuelven el desaliento, la frustración, el desengaño.
Entonces, el escritor novel resiliente se carga de ilusiones y comienza a escribir su segunda novela.
© Sergio Cossa 2011
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© Sergio Cossa 2011
Si sabremos nosotros de ser resilientes! Muy buena tu nota, Sergio; y muy cierta
ResponderBorrarNos doblamos pero no nos rompemos y siempre volvemos a la lucha :)
ResponderBorrarGracias Mary.
Hola Sergio,
ResponderBorrarMe gusta el concepto resilente, dice mucho de la tenacidad de un escritor... Por mi parte cuando finalicé la obra, pensé: ya está! por fin! Cuán lejos estaba de la realidad... blogs, páginas web, book traylers, redes sociales, etc. eso sí, cuantas horas de sueño robadas en la soledad y en la intimidad de mi creación. Cuando finalicé mi novela, decidí que hasta que no viera recompensado mi esfuerzo, no haría nada más, que sólo me centraría en su promoción... sólo me duró unos días, en seguida empecé la segunda y cogí ideas para la tercera.
Sergio, un abrazo desde España!!!
Gracias David :)
ResponderBorrarComparto lo que decís. Yo voy por el mismo camino. Preparando la novela para el Kindle, iPad y iPhone, y al mismo tiempo escribiendo las notas iniciales de una continuación (nunca falta una continuación)
¡Un abrazo argentino!
Para leer tranquilo, pero muy tranquilo.
ResponderBorrarUna pregunta atrvida tal vez. Leiste ULYSSES de J.Joyce ????
PS. Te estoy siguiendo,
Te espero
Un abrazo y excelente tu trabajo.
Fernando, gracias por el comentario. Yo también te sigo a vos :)
ResponderBorrarNo, no leí a Joyce aún. Tengo tantas asignaturas pendientes... Ando enredado con Rayuela, supongo que cuando lo termine me buscaré algo más liviano :P
Veo que esta entrada tiene bastante que ver con el poema de Benedetti que colgaste en tu blog :)
¡No te rindas!
¡Un saludo!