El criminal recibió un disparo mortal en un enfrentamiento con la policía. En el último segundo, su vida lo atravesó. Su niñez en la casa humilde, su adolescencia, el robo de la primera cartera. Luego los sucesos se volvieron una vorágine de delitos, cárcel, odio y muerte hasta llegar a esa bala que partió su corazón.
De pronto, la película retrocedió al instante anterior al primer robo. El protagonista pasó al lado de la mujer sin tocarla, concurrió al colegio, a la universidad, se enamoró, consiguió su título de médico, se casó y tuvo hijos y nietos. Sus aportes a la medicina fueron honrados por la humanidad y falleció a los 97 años, en paz y rodeado por su familia.
Llegó hasta las puertas del Paraíso.
–¿Qué es esta vida que me mostraron? –Preguntó a San Pedro– ¿Acaso fui perdonado y me recompensan con el Cielo?
–No. Te revelamos lo que perdiste por haber tomado aquella cartera.
Con una mueca cínica, apretó un botón rojo que abrió el piso bajo los pies del criminal.
Caída libre al Infierno.
© Sergio Cossa 2012
Pues vamos para allá a leerlo :)
ResponderBorrarBuen viaje, Maite. Gracias por pasarte :)
ResponderBorrarAllí te leo, Sergio.
ResponderBorrarUn abrazo,
Gracias por pasar y comentar, Pedro. Un abrazo :)
ResponderBorrarVoy para allí, también que enseguidita se me acaba el día...
ResponderBorrarUn beso
Un saludo, Laura. Gracias por pasar.
ResponderBorrarHermosos.
ResponderBorrarUna prueba más de la proverbial bondad del Señor...
ResponderBorrarNi se te ocurra salirte del camino :P
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