Todas las mañanas el novicio limpiaba los ventanales del monasterio. Desde lo alto, observaba el paso de tres muchachas cargadas con cestas de compras. Las jóvenes lo saludaban y le arrojaban besos sonoros, para luego alejarse entre risas. En uno de esos paseos, la más robusta levantó su falda hasta la cintura y las carcajadas fueron escandalosas. El novicio se dirigió hasta el despacho del viejo director, donde solicitó permiso para salir del monasterio. Señalando con su pipa hacia el granero, el maestro sentenció:
–En ese gran pajar he ocultado una aguja. Si algún día la encuentras, poseerás la sabiduría para enfrentar al mundo y podrás partir.
El joven dio media vuelta y se marchó. A los pocos minutos enfiló hacia el pajar con un detector de metales.
EDITO:
Este micro participó en el primer concurso de microrrelatos del blog La siguiente la pago yo. No ganó nada, pero igual me dieron el diploma donde se debe leer que lo importante es participar.
Pero claro, Sergio, el discípulo sí que era sabio... ¡con el mundo tan interesante que le esperaba fuera!
ResponderBorrarMuy astuto.
Un abrazo.
HD
Así es, Humberto, nada más sabio que salir a aprender de la vida :)
ResponderBorrar¡Un abrazo y gracias por pasar!
Yo, en su lugar, le habría prendido fuego al pajar, al monasterio, al maestro y me hubiera ido de raje con las tres busconas...
ResponderBorrarjajja grande ese final!! me encantó!!. Descubrí tu blog por Falsaria y te aseguro que pasaré a visitarte a menudo!! Eres un buen referente en el mundo de las letras… Enhorabuena!!. Abrazos.
ResponderBorrarDescubro tu blog y me alegra porque me gustan mucho los micros, me quedo viendo más entradas.
ResponderBorrarUn beso.
jajaj, muy bueno!
ResponderBorrarArturo, esas diversas reacciones son las que nos hacen seres humanos únicos.
ResponderBorrarYo jamás habría entrado al monasterio :)
¡Gracias por pasarte!
Estuve en tu blog y lo visitaré seguido.
Soraya, gracias por el comentario. Yo también me paso por tu blog y por tus letras.
ResponderBorrar¡Saludos!
Me alegra que te gusten, María.
ResponderBorrarGracias por pasarte.
Un saludo.
Eliacim, gracias por tu visita acostumbrada :)
ResponderBorrar¡Saludos!
jajaja un discípulo aventajado :-)
ResponderBorrarsaludillos
Gracias por pasar, Puck :)
ResponderBorrarAunque tarde, voy visitando poco a poco cada entrada y descubriendo tus escritos.
ResponderBorrarEs un placer planear por ellos. Prometo leerlos con verdadero interés y como en este caso, dejar mi pequeño apunte, para recordarte que nunca dejes de sentir y de expresar de esta manera tan tuya, aunque solo te den un diploma.
Un saludo.
Participar en los concursos es solo un estímulo extra para escribir bajo ciertos condicionamientos.
ResponderBorrarYo me nutro de mis letras y de las críticas constructivas. Y de algún halago también, para el ego :)
Gracias por leerme, Ely. Siempre bienvenida por el blog.
¡Un abrazo!