Tiempo después de que el egiptólogo Champollion lograra descifrar la escritura jeroglífica, se pudo traducir el siguiente diálogo, obtenido de un relieve del interior de la pirámide de Keops:
–¡Miles de trabajadores, toneladas de piedras, mi reino en la bancarrota y esta es la miserable tumba que me presentas!
–¡Pero, mi Rey, esta pirámide perdurará por la eternidad!
–¡Es fría y monótona! Quiero algo majestuoso, refinado... ¡Cómo el Partenón griego!
–No conozco a los griegos, mi Señor.
–¡Entonces construye imitando la magnificencia de la Torre Eiffel!
–¡¿Qué es eso, mi Señor?!
–¡Ah! ¡Cuánta ignorancia en mis arquitectos! Al menos, haz que esa ridícula pirámide se extienda cientos de metros bajo el desierto, como si fuera un iceberg.
–…
–¡Vete, ignorante, antes de que ruede tu cabeza! Solo me consuela ver a los millones de turistas que concurrirán a rendirme honores.
Debajo de este pasaje, descifraron signos más pequeños, atribuidos al arquitecto:
–¡Este Keops me tiene harto! Cuando toma esas drogas modernas, no hace más que delirar.
Jajaja. Yo quiero una droga moderna como la de tu faraón y sentirme, por una vez, visionaria.
ResponderBorrarUn saludo Sergio, me ha encantado tu sentido del humor....O¿Quizá sea el del arquitecto???
El arquitecto, más que sentido del humor, tenía miedo de perder todo del cuello para arriba :)
Borrar¡Saludos, ely!
Hilarante, Sergio.
ResponderBorrarA mí me pasa como a Ely, yo también quiero!
Un abrazo,
No hay problema, Pedro, armo el kiosquito y te aviso :)
Borrar¡Abrazo!
Sergio, muy bueno este relato histórico que revela mucho de los secretos de la Pirámide de Keops. Y es que fueron unos adelantados de su tiempo.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias a Champollion nos enteramos de cada cosa de los egipcios...
BorrarUn abrazo, Nicolás.
Sergio:
ResponderBorrarAl viejo Keops se había dado un viaje a lo Julio Verne.
Muy bueno.
No creas que no se pegaban sus buenos viajes en esos tiempos.
Un abrazo.
Ni lo dudo, Arturo. Hablando en serio, hace años que se encontraron rastros de cocaína en momias egipcias. No será el negocio más viejo del mundo... pero sí el más redituable, lamentablemente.
BorrarAbrazo.
Jajajaja. Es verdad este relato nos hace pensar que en todo tiempo y lugar se dieron con algo...y que el buen humor también existió también en todo tiempo y lugar.
ResponderBorrarbesos.
Vlanka.
Me alegra que te haya despertado una sonrisa, Blanca. El humor nunca debe faltar, ni para observar el pasado, ni para esperar el futuro.
BorrarUn beso.
¡Vaya!, parece que la droga es mucho más antigua de lo que pensamos. Siempre tan original, ¡Me encantó!. Un abrazo.
ResponderBorrarMe alegro de que te haya gustado, Soraya :)
Borrar¡Un abrazo!
Tengo algunos asuntos pendientes para los que esa droga me vendría más que bien.
ResponderBorrarMe pongo en lista de espera, Sargio...
Besos futuros
Patricia, habrá que esperar que reglamenten la ley de despenalización :)
Borrar¡Abrazo!
Creo Sergio que el tiempo es de ida y vuelta y no con una sola dirección, aunque no existe comprobación o forma de volverlo atrás no resulta para nada extraño imaginar que antes ya vivieron el ahora.
ResponderBorrarMe encantó este micro, saludos.
Circular, el tiempo es circular, dijeron y dicen muchos, e incontrolable. Por suerte tengo un personaje que fabricó su máquina y está visitando el pasado para contarnos cómo fue.
BorrarY lo hace en forma de microrrelatos que ya verán la luz.
¡Saludos, Paula!
Ahora entiendo tanto dibujito y florituras en las paredes: cada uno le daba a algo.
ResponderBorrarSergio, necesito una drogilla supermoderna de esas, tengo una nueva campaña que no sé por dónde hincarle el diente...
Un A-B-R-A-Z-O
Cuántas páginas en blanco se llenarán gracias a esos artilugios :))
Borrar¡Abrazo, Petra!